Por fin el otro día fui a ver Avatar: el sentido del agua, y tengo que decir que, tras una larga espera, dada por no poder cuadrar fechas con la familia, por, entre otras cosas, la larga duración del film, ya he podido verla y quiero daros mi visión de lo visto. Empezaré diciendo que me ha gustado lo suficiente como para destacarla como una gran película, pero con puntos oscuros que quiero destacar y detallar durante el artículo de hoy.
¿Vale la pena?
Por supuesto, es una superproducción que tiene la ventaja de tener una cultura de “o la veo en el cine o no la voy a disfrutar”. Eso le permite tener ventaja sobre el resto, y da como resultado lo que consigue, reventar la taquilla. Verla en cine es parte del proceso natural de ver Avatar: el sentido del agua, y la verdad, es una de esas películas que se acaban amortizando para el espectador ya que estamos ante una super producción que supera las tres horas de duración. Una salvajada desde mi punto de vista, pero bueno, la anterior no es que fuera mucho más corta.
El argumento.
Pues poco os voy a contar para evitar entrar en decir más de lo que debiera, pero sí que os diré que es la continuación de la anterior, que va totalmente ligada a ella, que es elemental ver la primera para ver Avatar: el sentido del agua, que después de los muchos años que han pasado no estaría de más revisarla para poder captar todos los detalles de la secuela, y que nos presentan otra situación donde se demuestra lo destructivo y malo que puede ser el ser humano.

¿Cuál es mejor?
Pues creo que ya hemos llegado a una etapa de nuestras vidas donde eso de “segundas partes nunca fueron buenas” ha quedado muy obsoleto. Avatar: el sentido del agua es una magnifica película, pero a mi modo de ver, no está a la altura de la primera por muchos motivos que voy a relatar. El más importante para mí, es que, con Avatar, nos mostraron una historia que no tenía por qué tener continuidad. Era una historia cerrada que quedaba perfecta. Con Avatar: el sentido del agua, la historia no queda para nada cerrada, y menos cuando ya sabemos que hay rodadas la tercera y la cuarta entrega. Es decir, tenemos una historia preparada para facturar como elemento más destacado.
Cambio de escenario.
No es ningún spoiler ya que en el tráiler lo deja lo suficientemente claro, en Avatar: el sentido del agua, estamos ante un cambio de escenario. Dejamos la selva para irnos al mar. Los motivos de que esto suceda, sí que son trascendentes y no voy a profundizar en ellos, pero tengo que decir que me gusta más la selva de Pandora que el mar. Tal como vemos en el tráiler, nos vamos a encontrar un escenario totalmente nuevo, nuevos personajes, descendencia y un montón de novedades que se agradecen, para evitar caer en lo repetitivo. Aunque teniendo en cuenta que la anterior película tiene más de 10 años…, poco repetitivo se nos puede hacer.
Dos películas muy diferentes.
Mientras que Avatar nos dejaba una historia vista para sentencia, con un claro mensaje, en Avatar: el sentido del agua, nos encontramos con el mismo mensaje, pero una historia pendiente de ser desarrollada en profundidad. Mientras que la primera no me dejaba inquietudes, en la segunda sí que nos encontramos un montón de preguntas por resolver que evidentemente, tienen sentido teniendo en cuenta que estamos ante una saga que como mínimo, tiene dos películas más, que se estrenarán en 2 años y la siguiente dos años después. Y ojito porque si todo va bien, Cameron, el director, ya ha dicho que tiene ideas para otra saga más. Así que la cosa puede ir para largo.
Conclusión.
Avatar: el sentid del agua, está bien, pero a mi parecer, lejos de la primera entrega. El argumento es “más de lo mismo”, las tres horas y cuarto son del todo injustificables por lo que nos tienen que mostrar, el 3D ya no es lo mismo. Existe, pero lejos de esa primera entrega donde el 3D era asombroso.
Lo pusieron de moda, y ahora queda patente que tampoco es clave. Y si, lo digo yo que tengo un defecto visual que no me permite apreciar bien el 3D, pero con las personas que la vi, me confirmaron lo mismo, textualmente dijeron… “el 3D flojito, ¿eh?”. Seguramente el mayor problema de la secuela es que ha tardado más de diez años porque no tenían la tecnología adecuada para hacerla. Pues bien, eso genera una expectativa que suele ir en su contra. Así que, para mí, Avatar: el sentido del agua, está bien, pero sin ser sorprendente o aportando algo demasiado importante como para que sea algo más que una buena película.

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